jueves, 12 de junio de 2014

El nombre no lo es todo, la persona sí (I)



Son incontables los/as artistas que han alcanzado la popularidad con un nombre artístico. Han demostrado que todos somos más complejos que nuestros propios nombres. Empezando por escritores como Mark Twain, el fabuloso autor de Las aventuras de Huckleberry Finn o Las aventuras de Tom Sawyer. Su nombre real no era ese, sino Samuel Clemens. Su pseudónimo se hizo popular e hicieron populares todas sus obras. Y no olvidemos a Stephen King, quien se hizo famoso asustándonos con novelas como El Resplandor, Cujo, It (Eso), Los Tommynockers, Carrie… Algunos de sus relatos los firmó bajo el pseudónimo de Richard Bachman, aunque fueron muy pocos.



Pero sobre todo, los que más han dado la talla son los actores. A continuacion mencionaré a algunos de los más populares. ¿Quién no recuerda a Bela Lugosi? El legendario Conde Drácula de Universal en los años 30. Su nombre verdadero era Béla Ferenc Dezső Blaskó. El apellido Lugosi lo tomó de su ciudad húngara en la que nació, Lugoj (Transilvania). Este actor, en sus últimos años de vida, llegó a creer que era realmente Dracula, solía salir a la calle vestido con frac y evitaba la luz del día, incluso pidió que le enterrasen vestido como su famoso personaje. Tuvimos a Christopher Lee, Frank Langella, Jack Palance, John Carradine, Gary Oldman y Gerard Butler como Drácula, pero si uno pasó a la historia, sin duda (además de Lee) ese fue Bela Lugosi. Actualmente ya casi nadie le recuerda, a no ser que sea fanático del cine clásico o porque viera sus películas con sus padres, lo cual es una lástima dado que el cine clásico era mejor en sus comienzos, tal vez sin efectos especiales ni digitales, pero tenía mérito.

Otro actor al que casi nadie ha olvidado es sin duda a Mr. T, famoso por su papel del enjoyado y temperamental sargento M.A. Bosco Barracus en la popular serie de los 80 El Equipo A. Su verdadero nombre es Lawrence Tureaud (de ahí la T). A parte de sus joyas, lo que más llamaba la atención de este actor afroamericano era su característico corte de pelo, una influencia de los guerreros de la tribu africana de los mandinga, a quien el actor vio en una edición de National Geographic en 1977. Las cadenas de oro las llevaba en honor a los esclavos africanos que llegaban antiguamente a Estados Unidos con cadenas de hierro en los tobillos, muñecas y cuello. En el 2005 dejó de utilizarlos por respeto a los afectados por el huracán Katrina. De pequeño él admite que era muy miedoso, en Brooklyn, su barrio natal, sus hermanos solían llevar navajas o tomaban drogas, seguramente por eso los niños son su debilidad. Tanto en la serie como en la vida real podía verse cómo apoyaba a la infancia, a los niños más desfavorecidos. Incluso llegó a protagonizar una serie de dibujos animados titulada Mr. T, en la que al inicio y al final se le veía a él en imagen real y el episodio era una historia que contaba a los niños que él entrenaba jugando al baloncesto o a algún otro deporte. Actualmente sufre una enfermedad y ha donado algunas de sus cadenas a la beneficencia. Muchos de los que de pequeños veíamos El Equipo A admirábamos más a este gigante de apariencia cascarrabias.

Como whovian no debo olvidarme de mencionar a un actor al que admiro mucho, bastante más bien. Me refiero nada más ni nada menos que a David Tennant, el Décimo Doctor de la cincuentenaria serie británica de ciencia ficción Doctor Who. Su verdadero nombre es David John MacDonald, adoptó el apellido “Tennant” porque ya había un David MacDonald. Podría decirse que siempre quiso ser actor, tal vez desde que veía Doctor Who de pequeño, su Doctor era Tom Baker y, como no había figuras de acción de Doctor Who entonces jugaba a ser el Doctor. ¿Cómo podría imaginar este hombre que terminaría convirtiéndose en el Doctor? Pero sobre todo ¿cómo imaginarse que terminaría siendo el yerno de un Doctor? Está casado con Georgia Moffet, la hija de Peter Davison (el 5º Doctor), y tiene una hija. David hizo un Doctor inolvidable, épico, divertido, pasional, humano… La Tormenta que viene, teniendo en cuenta cómo expresaba su furia. Fuimos muchos los que lloramos con su ida de la serie en el especial de Nochevieja El fin del tiempo 2ª parte con sus última palabras “I don't want to go” y los que celebramos su regreso en el especial del 50 aniversario El día del Doctor. De este Doctor se nos pegó su palabra más famosa y que algunos (incluido yo mismo) la convertimos en un hakuna matata personal: Allons-y! (incluso esperábamos conocer a alguien llamado Alonso).

Por ahora esto ha sido todo en lo que se refiere a nombres artísticos y a sus portadores, quienes convirtieron esos nombres en figuras culturales y populares dignas de admiración. En la próxima ocasión se hablará de Nicole Kidman y otras figuras. Hasta la próxima, amigos.

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